Introducción a la ensalada de pollo y aguacate

¿No te pasa a veces que abres la nevera, ves una pechuga de pollo, un par de aguacates, y piensas: “¿Y ahora qué hago con esto?” Tranquila, que hoy te traigo la solución perfecta. Esta ensalada de pollo y aguacate no solo es súper rápida de preparar, sino que también es saludable, deliciosa y, lo mejor de todo… ¡queda genial aunque no seas la reina de la cocina!

Perfecta para esos días en los que el tiempo apremia y el hambre no perdona, esta receta ha sido una salvación en mi casa más veces de las que puedo contar. Fresca, ligera, y llena de sabor, es ideal para una comida de verano, una cena improvisada o incluso para llevar al trabajo en un tupper bonito (sí, de esos que nos gusta presumir en la oficina).

Y si eres mamá, profesional, o simplemente alguien que quiere comer rico sin complicarse la vida… ¡quédate por aquí!

¿Por qué te va a encantar esta ensalada de pollo y aguacate?

Mira, te entiendo. No siempre tenemos tiempo de cocinar con calma, medir ingredientes al milímetro o hacer malabares con recetas de 25 pasos. Por eso, esta receta es un regalo del cielo: rápida, fácil, y con ingredientes que seguramente ya tienes en casa.

🍗 Pollo desmenuzado: ideal para aprovechar sobras o cocinar con antelación.
🥑 Aguacate maduro: aporta cremosidad y grasas buenas que tu cuerpo (y tu piel) agradecerán.
🥬 Lechuga fresca, cebolla morada y un toque de cilantro: equilibrio perfecto entre crujiente, suave y aromático.
🍋 Vinagreta de limón y aceite de oliva: ligera, refrescante y con ese toque picante opcional que levanta cualquier día gris.

Además, es muy versátil. Puedes adaptarla a tu gusto, hacerla más picante, más suave, o hasta convertirla en un wrap si te pilla la prisa. ¡Y ojo! Que también es una excelente manera de que los niños coman verduras sin protestar (o al menos sin tanto drama).

Ingredientes para la ensalada de pollo y aguacate

Aquí vamos con la lista mágica. Si tienes esto en tu cocina, ya tienes media receta hecha:

Base fresca y sabrosa

1 pechuga de pollo cocida, desmenuzada
2 aguacates maduros, en cubos (si están en su punto… ¡fiesta asegurada!)
1 taza (aprox. 100 g) de lechuga romana o iceberg picada
¼ taza (aprox. 30 g) de cebolla morada finamente picada
¼ taza (aprox. 10 g) de cilantro fresco picado

Vinagreta de limón y aceite de oliva

Jugo de 1 limón
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1–2 pizcas de chile en hojuelas (opcional, pero recomendado para las valientes)
Sal y pimienta negra recién molida, al gusto

Pasos sencillos para preparar tu ensalada

Ya tienes todos los ingredientes listos… ahora viene lo divertido (y rápido). Esta ensalada de pollo y aguacate es como esos planes improvisados que terminan siendo los mejores: sin complicaciones, pero con mucho sabor.

1. Prepara los ingredientes

En un bol grande —de esos que siempre terminamos usando para todo— mezcla:

el pollo desmenuzado,
los cubitos de aguacate (ojo con machacarlos demasiado, que queremos textura),
la lechuga picadita,
la cebolla morada y
el cilantro fresco.

¡Mira qué colores! Esto ya empieza a parecerse a una comida de restaurante (pero sin pagar la cuenta, claro).

2. Haz la vinagreta

En un recipiente pequeño (vale hasta una taza grande, aquí no juzgamos), mezcla:

el jugo de un limón bien exprimido (sin pepitas, por favor),
el aceite de oliva,
sal y pimienta al gusto,
y si te va la marcha, unas pizquitas de chile en hojuelas para darle chispa.

Bate con un tenedor o una cucharilla hasta que se integre bien. Si te gusta más cremosita, puedes añadir media cucharadita de mostaza o un chorrito de yogur natural. Shhh… truco de casa. 😉

3. Mezcla con mimo

Vierte la vinagreta sobre la mezcla de ensalada y remueve con cuidado. Aquí es donde puedes poner música suave de fondo y sentirte chef profesional (aunque lleves el delantal lleno de harina de galletas del desayuno).

Remueve con cariño para que el aguacate no se vuelva puré y cada bocado tenga un poco de todo. Lo importante es que los sabores se abracen, pero sin pelearse.

4. Sirve y disfruta

Puedes servirla de inmediato si te puede el hambre —como a mí—, o dejarla en la nevera entre 10 y 15 minutos para que esté bien fresquita. Perfecta para esos días de calor que nos derriten hasta las ganas de cocinar.

Y si te sobró (aunque lo dudo), guárdala en un recipiente hermético y al frigo. Eso sí, consúmela ese mismo día para que el aguacate no se oxide y se vuelva un poco… digamos, menos fotogénico.