Alitas de pollo al horno irresistibles (¡fáciles y deliciosas!)

¿Por qué estas alitas al horno son perfectas para ti?

¿Te ha pasado que llegas a casa, muerta de hambre y sin ganas de complicarte la vida en la cocina? Pues estas alitas de pollo al horno vienen al rescate como una receta salvavidas. Son rápidas, sin líos y tan sabrosas que hasta los más tiquismiquis de la familia se van a chupar los dedos.

En Laura Recetas creemos que cocinar no debería sentirse como una maratón. Por eso esta receta está pensada para que la prepares sin estrés, ya sea entre reuniones del trabajo, recogidas del cole o mientras ayudas con los deberes. Lo mejor es que no necesitas mil ingredientes raros ni ser chef profesional: con cosas que probablemente ya tienes en casa, lograrás un plato de diez.

Y ojo, que aunque sean facilísimas, ¡tienen ese toque especial que hará que todos te pregunten “¿cuál es tu secreto?”!

Alitas de pollo al horno crujientes servidas en bandeja
Alitas listas para triunfar en cualquier cena

Cocina sin complicaciones para mujeres ocupadas

La vida moderna no nos da tregua: entre el trabajo, la familia, la casa… ¿quién tiene tiempo de estar tres horas preparando la cena? Aquí entra en juego esta receta de alitas de pollo al horno. Se hacen prácticamente solas en el horno y no necesitas estar encima de ellas todo el rato. Ideal, ¿no?

Además, puedes dejarlas marinando mientras haces otras cosas y luego simplemente meterlas al horno y olvidarte.

Un plato que encanta a toda la familia

Te lo digo por experiencia: estas alitas conquistan desde el más pequeño hasta el más escéptico. La mezcla de miel, limón y especias tiene ese equilibrio perfecto entre dulce, ácido y sabroso. ¡Y huelen tan bien que nadie podrá resistirse!

Ingredientes esenciales para tus alitas de pollo al horno

La clave de esta receta es el equilibrio entre simplicidad y sabor. No necesitas nada extravagante, pero cada ingrediente juega un papel importante. Aquí va la lista:

Alitas de pollo: calidad ante todo

  • 1 kg de alitas de pollo, limpias y secas. Pide en la carnicería que te las corten por la mitad (parte del ala + muslito) para que se cocinen mejor.

Adobo inicial: sal, pimienta, hierbas y un toque picante

  • Sal y pimienta negra recién molida, al gusto.
  • 1 cucharadita de tomillo seco.
  • 1 cucharadita de romero seco.
  • 1 diente de ajo, picado muy fino.
  • Una pizca de cayena o guindilla seca, opcional si te va el puntito picante.

Este adobo sencillo le da a las alitas una base deliciosa antes de entrar al horno.

Salsa para hornear: el toque mágico

  • El zumo de 1 limón grande.
  • 75 ml de salsa de soja (mejor si es suave, para no robar protagonismo al resto).
  • 75 ml de miel (la que más te guste; la de flores va genial).
  • 1 cucharadita de orégano seco y molido.

Esta mezcla dulce-salada con toque cítrico carameliza en el horno y deja las alitas con un sabor de otro mundo.

Cómo preparar las alitas de pollo al horno: paso a paso

Si tienes los ingredientes listos, ¡ya tienes medio camino hecho! Ahora te explico cómo convertir esas simples alitas en un plato para chuparse los dedos. El proceso es facilísimo, y como buena receta de Laura Recetas, está pensada para que no pierdas tiempo ni te compliques.

1. Limpieza y secado de las alitas

Primero lo primero: lava las alitas bajo el grifo, especialmente si vienen con algún resto de pluma. Luego, sécalas bien con papel de cocina. Este paso es importante para que se doren bien en el horno y no te queden con textura blandengue.

2. Adobo inicial: todo el sabor desde el minuto uno

Coloca las alitas en un bol grande. Añade sal, pimienta negra, tomillo, romero, ajo picado y, si te gusta el picante, esa pizquita de cayena.

Mézclalo todo bien con las manos. No tengas miedo de pringarte un poco—¡es parte del cariño que le ponemos a la cocina casera!

Tip de Laura:

Déjalas reposar con el adobo unos 30 minutos en la nevera si tienes tiempo. Así cogen más sabor y tú puedes aprovechar ese rato para adelantar otras cosas. O, seamos sinceras… para tomarte un café tranquila 😌.

3. Preparamos la salsa mágica del horneado

En un cuenco aparte, mezcla el zumo de limón, la salsa de soja, la miel y el orégano seco. Remueve bien hasta que la miel se disuelva y todo quede homogéneo.

Esta salsita no solo da sabor, sino que al hornear se carameliza y deja las alitas doraditas, con ese toque pegajosito tan irresistible. Sí, el tipo de salsa que hace que quieras lamerte los dedos y no dejar ni una.

4. Hora de meter al horno (¡ya casi están!)

Coloca las alitas ya adobadas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Asegúrate de que estén bien separadas entre sí, sin montarlas unas sobre otras. Así se doran mejor por todos lados.

Hornea a 200 °C (calor arriba y abajo, sin ventilador) durante 25 minutos. Luego sácalas, dales la vuelta con unas pinzas, y vierte por encima la mezcla de miel y soja.

Vuelve a meterlas al horno 15-20 minutos más, hasta que veas que están bien doradas y con ese brillo apetitoso. Cada horno es un mundo, así que vigila a partir del minuto 15. ¡No queremos pasarnos!

5. Glaseado final y presentación

Si te gusta ese acabado caramelizado tipo barbacoa, puedes darles un último toque poniendo el horno en modo grill durante 3-5 minutitos. Pero ojo, ¡vigila que no se quemen! En este punto, se doran rapidísimo.

Sácalas, deja reposar dos minutos (el tiempo justo para servir la mesa y llamar a los comensales), y ¡a disfrutar!

Estas alitas son tan versátiles que puedes acompañarlas con ensalada, arroz, patatas, o lo que tengas a mano. Incluso podrías probar nuestra receta de ensalada fresca de pepino y yogur, que le va de maravilla si buscas un toque refrescante.

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